Ir al contenido principal

Vino nuevo... en odres renovados

Vino nuevo... en odres renovados

Pues sí, parafraseando las palabas de Jesús, en un contexto distinto pero no tan diferente, nos toca aplicarlo a la faena cotidiana. No hay día igual que el anterior como tampoco se dan siempre los días como nos gustaran. Sea como fuere, la necesidad de renovación está ahí, casi sin que nos demos cuenta, y depende de nosotros tomárnoslo en serio.
 
Renovarse marcha en el sentido opuesto a acomodarse, arrutinarse, conformarse, etc. Es un vocablo que expresa sentido de pertenencia y de responsabilidad superior, porque reconoce lo que se tiene (y lo que no), y por eso busca crecer y superar para alcanzar la aspiración prevista. Renovarse no te quita nada, te brinda oportunidades nuevas para -sin dejar de ser lo que eres- conocerte mejor, examinarte mejor y reconducir mejor el camino a seguir.
 
¡Cuánto vino nuevo perdemos por el camino por no aprovechar el espacio de los odres que tenemos! Ya no se trata muchas veces de si sean nuevos o no estos odres, sino que desperdiciamos mucho contenido, mucho de nuestro talento, por caer en las mismas debilidades personales. Habrá odres viejos que hemos de cambiar, pero seguramente los más podremos seguir utilizándolos. No los tires, úsalos, pero sobre todo, renuévalos cada día.
 
Renovar la propia vida es parte del ejercicio cotidiano que sí tendríamos que apuntarnos a hacer. Sanear la propia vida ayuda a caminarla mejor. Por eso un buen calentamiento de nuestros músculos interiores, de nuestra voluntad y de nuestras capacidades personales nos vendrán estupendamente. Y aplicando este ejercicio interior, el vino de nuestros talentos podrá verterse mejor en nuestros odres, nuevos o no tanto, porque estarán continuamente renovados.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Renovando la misión a la manera de Jesús

  El texto de san Juan (21, 1-19) nos presenta cómo Jesús resucitado renueva el amor de sus apóstoles para enfocarlos a su misión evangelizadora (pastoral). Comparto algunas reflexiones por si son de ayuda para renovar también nosotros nuestro amor para seguir testimoniando y compartiendo nuestra misión. 1. Lo obvio: que lo humano es insuficiente Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. (21, 3) Quienes nos esforzamos por vivir nuestro compromiso bautismal entendemos que el servicio pastoral es una actividad cotidiana, que da sentido, te hace feliz y hace feliz a los demás también. La "pesca" es la actividad humana y pastoral de quien sigue a Jesús y trata de responderle con lo que tiene y sabe hacer. Y no lo hace solo, sino que lo vive y comparte con quienes le rodean. ¿Y qué sucede? que lo hacemos a nuestra manera , pensando que así es como Dios nos bendecirá

La experiencia de la Llave

UNA REFLEXIÓN SOBRE EL TRAMO DE VIDA RECORRIDO Hace ocho años escribí este artículo-reflexión, que en estos momentos vuelvo a retomarlo porque soy conscuiente de lo que en ese momento escribí y que en momentos como estos me viene muy bien refrescarlo. Además, quién sabe si a alguien más puede serle de utilidad. Por eso me animo a ponerlo tal cual lo redacté en su momento. Ojalá que sea de ayuda y de motivación para quienes lo lean. Para mí tiene mucho significado y es de reflexión constante en mi vida. -------------------------- Con el paulatino paso de las semanas, entre idas y venidas, cosas por aquí y por allá, vas identificando, asentando y sobre todo valorando oportunamente cuanto ocurre y cuanto te sucede. Personalmente puedo decir que me han pasado muchas cosas en mi vida; impresionantes, milagrosas, increíbles, inimaginables y sublimes. Otras, en cambio, no tan agradables o positivas. Unas y otras tienen su lugar y he de encontrar su espacio identificando - si cabe- su valor

La discapacidad está en el corazón

Ayer por la tarde-noche salía del lugar de trabajo. Caminando hacia mi coche presencié una breve pero interesante charla en la esquina de la calle entre un señor de edad parecida a la mía con un joven que estaba pidiendo ayuda económica para una obra de interés social en beneficio de niños con cáncer. Observé durante medio minuto el intercambio de palabras entre ellos. Noté que el señor se mostraba reacio a cooperar con la causa de este joven. En un momento dado,este chico, sin ninguna pena y con el debido respeto, mira fijamente a este señor y le dice: -pero ya sabe que la verdadera discapacidad humana está en el corazón-. Y el señor se dio la vuelta y se marchó. Yo continué hacia mi auto, pero me agradó la forma y las palabras de este joven, porque tiene mucha razón. Existen discapacidades físicas, mentales, musculares, etc, pero la más perturbadora y dañina se encuentra dentro de nosotros, afectando nuestra manera de ser, pensar y actuar. De las discapacidades externas no siempre