Ángulos de la madurez humana
Pistas para renovarla y acrecentarla
Una persona podemos decir que es madura cuando logra un
equilibrio en sus facetas interiores y exteriores. Este balance no es
artificial, sino real y completo, y no deja dudas a quienes tratan con ella. Pero no está por
demás advertir que el crecimiento personal -es decir, la madurez- requiere
generosidad, salir de sí mismo. Quien vive egoístamente dista lejos de juzgarse
madura, pues buscará su propio bienestar y terminará por quedarse vacío.
Madurez y generosidad se llevan de la mano.
Una buena forma de entender qué es la madurez humana pasa
por la valoración y el balance o equilibrio personal. Madura es aquella persona
en la que coincide tanto su edad física o externa como su edad espiritual o
interna. El balance y equilibrio entre ambas hace de una persona alguien
maduro, que piensa y se comporta a la altura y la talla de su edad, ni más ni
menos, por dentro y por fuera.
La madurez da
seguridad, da paz y sobre todo hace feliz a una persona. La madurez arrincona
los miedos, despeja las dudas y acciona el motor de la voluntad para vivir con
coherencia y sinceridad la propia vida.
Por otro lado, así como la madurez y la generosidad se llevan de la mano, también la madurez es sinónimo de COHERENCIA DE VIDA. Pues sí, nada más coherente que pensar y comportarse según mi edad y del mejor modo posible.
Una persona coherente busca con sinceridad y claridad la verdad en su vida. Así que el ingrediente de la verdad (identidad de la razón ordenada al bien concreto objetivo) convierte a un sujeto en persona madura. Por tanto, una persona que busca y practica la VERDAD en su vida es una persona COHERENTE, y por tanto MADURA.
Existen muchos ricos que son pobres, y a la vez hay quienes
son muy pobres pero a la vez ricos. ¿Dónde está la verdadera riqueza o pobreza?
Cierto que los bienes materiales ayudan, pero no solo. La verdadera riqueza la
encuentras dentro de ti mismo, dentro de corazón y de tu mente. Si valoras los
bienes recibidos (salud, familia, amigos, trabajo y otros recursos), entonces
habrás entendido la verdadera riqueza, la que te hace persona de arriba a
abajo. Y si es así, Dios además te lo recompensará.
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