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¿Por qué no somos tan felices? El problema: nuestros miedos

Felicidad y Miedos, ¿compatibles?


Hablando con muchas personas, y en la diversidad de situaciones, casos y lugares, reafirmo que de las grandes enfermedades personales que tenemos los seres humanos, de las más complicadas y quizá de las menos trabajadas, encontramos esta: nuestros miedos. Es impresionante notar la fuerza, la atracción y el control que los miedos ejercen sobre las personas. Me animo a escribir unas líneas de mi experiencia en este sentido, esperando pueda ser de ayuda y valor para quienes somos conscientes de esta realidad y buscamos erradicar de nuestra vida la fatal influencia de esta poderosa enfermedad interior que son nuestros miedos.

¿De dónde podemos detectar que vienen nuestros miedos? De la falta de respuestas a otras preguntas que interpelan un acción personal y una decisión consecuente. Estas preguntas son:
- ¿Quién soy?: dicho de otra forma, cómo me defino ante esta determinada situación o circunstancia.
- ¿Qué hago?: es decir, qué tipo de respuesta, decisión he de tomar consecuentemente.
- ¿Cómo lo hago?: referido a los medios concretos que validen mis propias decisiones en orden al tipo de persona que quiero ser.

Estas tres preguntas siguen una lógica común, que podemos sintetizar en la búsqueda y consecución de nuestra realización personal y nuestra felicidad. Por eso digo que de la falta de respuestas acertadas a las preguntas mencionadas, surgen y brotan los miedos, recubiertos de tantas capas como situaciones existan: dudas, incertidumbres, desconfianzas, temores, desesperanzas, etc. Y pueden ser el comienzo de períodos de encerramiento personal, bloqueos interiores, incoherencias actitudinales e incluso alejamiento social y familiar.

Siguiendo este hilo conductor, encontramos que el MIEDO en general, como obstáculo personal, genera en cada persona unos miedos concretos. Estos pueden ir de lo más sencillo a lo más complejo o enredado. Eso sí, quiero hacerte una pregunta: ¿Sabes cuántos y cuáles son tus miedos? Identifícalos, sé sincero y honesto. Por esto, en vistas de una mayor profundidad sobre el tema, enumero algunos de los miedos que pueden estar detrás de actitudes o comportamientos que requieren darle seguimiento. Podríamos llamarlos "miedos estructurales" que originan o causan el vaivén personal. Veamos cuáles son:

a) Miedo a CONOCERSE bien:
Muchos de los problemas personales e interiores que arrastramos en la vida -yo los llamo "huecos" u "hoyos"- tienen como causa una inmadurez o lentitud de autoconocimiento y autocrítica. Saberse dueño de sí y conquistarse a uno mismo es una dura batalla personal. La dependencia de los demás, de los caprichos a cualquier costo, del ambiente y de las costumbres por el mero hecho de que "es así" o "me gusta así", genera un lastre, un hueco personal, que con el tiempo crea insatisfacción, dudas y descompensaciones afectivas y emocionales. Es el "cóctel" de la adolescencia y/o primera juventud vivida sin límites adecuados y sin propuestas o motivaciones claras de vida. Con el pasar de los años, la "factura personal" se nota, y resulta muy costosa pagarla. No es imposible, pero cuesta mucho.

b) Miedo a ACEPTAR el propio pasado, el complejo presente y la incertidumbre futura:
Como mencionaba antes, los lastres nos impiden muchas veces ver con mayor objetividad las situaciones y las circunstancias tanto personales como ajenas. Si en la vida cotidiana los hábitos se refuerzan en la juventud, así también sucede con estos otros "hábitos personales". Una sana recuperación personal pasa por una amnistía consigo mismo. Hacer las paces, ubicarse en donde se está, guardar los rencores y malas experiencias, encajonar y sellar lo malo de uno mismo duele mucho, pero es la clave del renacimiento personal y de la propia mejora existencial. El pasado está, déjalo en su lugar. El presente lo haces tú y depende de ti en gran medida, no dejes que el pasado gobierne tu presente. Lo que ayuda de atrás, manéjalo y trabájalo; el resto, simplemente, no lo remuevas. Hay lugar para todo, incluso para lo que duele. Hoy depende de ti; mañana, Dios dirá. A ti te corresponde aportar lo mejor que puedas. Y esto pasa a través de la propia aceptación personal. La receta interior contra los miedos de corto y mediano plazo radica en esto. Acéptate y acepta cuanto está a tu alcance y a tu alrededor. Podrás vencer muchos miedos de esta manera.

c) Miedo a MEJORAR mi propia manera de ser y de actuar:
La superación personal es un título que se maneja mucho y se escribe mucho. Está muy bien y es adecuado. Es verdad que existe una alerta sobre este punto. Superarse no consiste solo en cumplir reglas o adecuar consejos. No es una especie de pastilla espiritual o analgésico de la conciencia para subir la famosa autoestima. En mi entender, la mejora de uno mismo requiere entenderse y aceptarse. Los problemas de la vida requieren más que unas ciertas dosis puntuales de analgésicos vitales, ofrecidos por tantos "gurús" preocupados en el dinero más que en la salud ajena.

La imagen que puede ayudarnos es la del gimnasio. La salud física depende de uno mismo, siempre, y una de las mejores herramientas es el gimnasio, porque te ayuda, entre otras cosas, a disciplinarte, a equilibrarte y precisamente a superar y mejorar tu rendimiento de vida.
- Disciplinarte: porque todo ejercicio se basa en un esquema de acción al que te sometes. Implica sacrificio, exigencia personal para lograr las metas requeridas, y constancia en el tiempo para aplicarte. Referido a los miedos, este punto te ayuda a quitar esa "grasa personal" que estorba y molesta (desánimos, incapacidades personales, timidez, etc), y te abre a tu propia realidad personal.
- Equilibrarte: a la par que eliminas grasas, tu cuerpo encuentra puntos de equilibrio para mejorar su rendimiento (peso adecuado, robustecimiento óseo y muscular, etc). Por dentro sucede lo mismo. La curación de tus miedos pasa por el robustecimiento de tus músculos interiores (voluntad, sentimientos, afectos, pensamientos, deseos, etc); también por el fortalecimiento de tu manera de pensar y ver las cosas, las realidades que dependen de ti y las que no tanto. Este ejercicio hace que te compenses y te estabilices. En otras palabras, te ubicas en tu lugar adecuado en tu vida y en referencia a la vida de los demás.
- Mejorar tu rendimiento de vida: así como la calidad de tu salud física puedes monitorearla, así también tu rendimiento existencial puedes comprobarlo. La sanidad corporal es importante, pero la sanidad emocional e interior es básica para tu real calidad de vida. Puedes darte cuenta de tu avance en este campo dándote cuenta si cada día que pasa eres feliz con lo que tienes y lo que haces, te sientes pleno y sanamente orgulloso de lo que haces, y también te consideras más libre para dar lo mejor de ti. Aquí radica esa calidad de rendimiento personal. Verifica cómo andas en este sentido.

Aún con esto, si no te queda claro, te ofrezco dos herramientas auxiliares a manera de puntos de enganche a tener en cuenta. Recuerda que se trata de un proceso personal que dura toda la vida y que necesitas estar atento. Dos motivaciones complementarias que hacen de una persona madura y coherente. Son la valentía y la confianza:

- Se necesita ser valiente para enfrentarse a uno mismo. Se requiere mucha sangre fría por momentos para admitir los propios errores y los huecos que no se han logrado llenar. Valiente, en este sentido, es quien se sabe necesitado de reciclar su vida y ponerla en orden. Valiente es quien sabe pedir ayuda si no sabe qué hacer o cómo encontrar las soluciones que necesita para vencer sus miedos. Valiente es quien establece un plan de acción personal para avanzar todo lo que pueda y lograr ser una persona madura en todo momento y circunstancia. Valiente es quien sabe pedir perdón y disculparse, así como reconocer lo bueno de los demás. Estos son algunos ejemplos de quien puede y quiere vencer sus propios miedos. Tú mismo puedes marcar la diferencia, basta que seas valiente contigo mismo.

- Y por otro lado, la valentía personal necesita de la confianza. La sana confianza en uno mismo, que tiene como consecuencia una nueva mirada hacia sí y de los demás hacia mi. Esta confianza se basa en la seguridad que me otorga esa aceptación de mis limitaciones y también de mis cualidades. Una confianza que tiene como eje la propia valía y el "dar la talla", mostrando lo mejor de mi a cuantos me rodean. Esa confianza sana y fructuosa, tiene como oxígeno natural la paz interior y como motor el sentirse libre de verdad y realizado. A pesar de todo, esta manera de vivir confiado genera la felicidad que todos ansiamos.

En conclusión, la diferencia la marcas tú. Todo lo referido aquí puede ser que ya lo sepas o te lo hayan comentado, parcial o en su totalidad. La tremenda enfermedad que son los miedos se combate durante toda la vida. Habrá momentos más dulces y otros más conflictivos. No tengas miedo, no permitas que tu manera de ser y de vivir sea "pirata". Sé original, sé tú mismo, Busca con honestidad la verdad en tu vida. Si estos consejos o recomendaciones son de utilidad, maravilloso; si no, no pasa nada, Sé tú el protagonista principal de tu propia vida, y además busca ser también un buen actor secundario en la vida de los que te rodean.

La sociedad actual necesita más personas que se den cuenta de esto y obren en consecuencia. Si no somos capaces de vencernos a nuestras inclinaciones erradas y nuestros caprichos, difícilmente seremos capaces de ser honestos, sinceros y coherentes en nuestras decisiones. Es el trabajo de nuestra vida vencer nuestros miedos. No dejes para mañana lo que hoy puedes hacer, No vaya a ser que pase demasiado tiempo y puedas perder no solo ya ciertas batallas, sino lo más importante y trascendente, que es la guerra de tu propia vida. Con valentía y confianza, lucha por vencer tus miedos. Serás el primer beneficiado y podrás dejar una mejor huella en esta vida y este mundo.

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