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Merecer y disfrutar nuestra libertad con auténtica calidad

La estrecha relación entre capacidades personales, cantidad de talentos y libertad personal en nuestra vida


Díganme si no es verdad que muchos de nuestros golpes de pecho existenciales tienen que ver con la inutilidad que experimentamos al no hacer mejor las cosas, o por el contrario, al errar repetidamente por culpa de nuestros defectos personales. Preguntas como ¿Por qué me comporto así? ¿Cómo puedo ser más feliz y mejor persona?, y otras similares nos las habremos hecho alguna vez. Por curioso que parezca, una buena vía de solución podemos encontrarla en unos párrafos del evangelio de Mateo (25,14-30). Encontramos una frase que puede servirnos de clave de lectura de este artículo: "a cada quien le dio según su capacidad" (15). 

Este texto narra que un señor, antes de su viaje, encomienda a sus trabajadores su hacienda, dando a cada quien ciertos talentos (cinco, dos, uno). Y subraya que esos talentos o bienes se los reparte según su capacidad. Y acto seguido, esta persona se marchó lejos. Sorprende y extraña el guión propuesto. Recordemos que las parábolas de los evangelios buscan catequizar, aleccionar e iluminar a los lectores y creyentes acerca de las realidades fundantes y últimas de la vida. Pues bien, en este texto se busca enfatizar y valorar cómo hemos de ganarnos aquí en la tierra la vida futura, lo que se llama también "Reino de los Cielos". Dios mismo, al darnos la vida nos convida sus bienes y "se va lejos" para que nosotros podamos realizarnos, disfrutar y merecer ya desde aquí lo que nos tiene preparado en el más allá.

Es por esto que las distintas respuestas de estos tres siervos (que nos representa a toda la humanidad, en sus diferentes razas, colores y religiones) tiene su interés, su repercusión y sus lecciones. Como sabemos, tanto el que recibió cinco talentos como el que recibió dos se pusieron a trabajar y produjeron cada uno el doble de lo que se les dio. Sin embargo, el tercero, que recibió un talento, su respuesta fue cavar un hoyo lo enterró. Dos actitudes contrastantes pero muy reales. Si bien la cantidad de talentos no es lo más importante, la forma y calidad de la respuesta de estos tres personajes manifiestan dos ángulos o puntos de vista que quizá nos venga bien reflexionar.

Existe una estrecha relación entre capacidades personales, cantidad de talentos y libertad individual, de donde se deduce nuestra calidad de vida, que lleva al auténtico valor y merecimiento personal por nuestras respuestas o decisiones. Por más descabellado que suene, no lo es. Este pasaje nos brinda una excepcional clave de lectura para reflexionar -a través de estas actitudes o respuestas- en nuestra autenticidad y calidad de vida. Examinemos con esta lupa y bajo esta mirada las distintas respuestas de estos personajes.

1) Las reacciones: "negoció", "ganó" y "escondió":

Una vez que el dueño se marchó, el pasaje muestra las distintas reacciones que estos tres empleados manifiestan. Los verbos son importantes porque denotan cada respuesta, y es una demostración de cómo interactúan estas tres facetas de la personalidad:

- El que recibió cinco fue y negoció, obteniendo otros cinco talentos. Esta persona se movió con rapidez, claro está. El verbo negociar indica capacidad y habilidad, trato y gestión, aprovechando amistades o conexiones. Muestra autonomía de movimientos, aprovechando esos otros "talentos" personales. No parece que haya tardado mucho en obtener su recompensa. Se advierte en él una persona dedicada y decidida, dispuesta a aprovechar lo que está de su parte para obtener resultados.

- Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos. Este segundo trabajador también es resolutivo y activo en su reacción. Sin embargo, se subraya que "ganó". No implica directamente una acción de ejecución o liderazgo como el primero, pero sí denota tenacidad y constancia. Puede que le haya costado más tiempo o esfuerzo obtener esos dos talentos extras, pero los logró. Se intuye menor cantidad de talentos personales respecto al primero, pero sí una decisión y lucha por rendir lo mejor posible sus bazas. Y este esfuerzo también produjo sus resultados.

- Pero el que recibió uno fue, cavó en la tierra, y escondió el dinero de su Señor. Observemos los tres verbos. Este personaje fue, es decir, salió a otro lugar, ocultando su proceder. Denota un desacuerdo o problemática personal tendencialmente negativa. No solo parece huir de la responsabilidad sino que además cava un hoyo, desentendiéndose de lo que trae entre manos y alejarse de esto. Y para colmo, esconde el dinero con quién sabe qué pensamiento de consolación interior o evitar el sentimiento de culpa por no haber hecho nada peor con ese dinero. Digamos que su reacción fue a la defensiva con intención de deshacerse de cuanto tuviera relación con lo que se le había dado o confiado.

Insisto que en dos renglones Mateo nos muestra esta interconexión entre nuestras capacidades personales -nuestra manera de ser-, nuestros talentos o habilidades (innatos y adquiridos) y la libertad individual, que gestiona las dos anteriores y manifiesta el tipo de ser humano que somos. Las palabras y los gestos son elocuentes por sí mismos. El primer personaje es rápido, hábil e ingenioso, activo y decidido. El segundo es laborioso y constante, seguramente menos espabilado pero coherente y sincero para dar lo mejor que pueda, y tenaz para perseguirlo y obtenerlo. El tercero se contentó con estar bien él y desentenderse de lo recibido. Muestra una actitud de rechazo a cualquier acción positiva y se limita a huir de la responsabilidad, y aunque no gastó o perdió ese dinero -por miedo o temor a represalias- le bastó enterrarlo, dejar el problema para después.


2) Las respuestas: "bueno y fiel" y "malo y negligente":

El pasaje narra cómo después de mucho tiempo, este señor regresa y quiere arreglar cuentas con sus trabajadores. Es confuso si éstos ya supieran que así sería o si les cayó de sorpresa. Como sea, cada uno es llamado a dar razón de lo que se le confió. Interesante gesto, porque no parecía estar en el guión inicial. Veamos el cruce de palabras y el desenlace de cada uno de ellos.

- "Señor, me entregaste... mira, aquí tienes, he ganado otros...": la tranquilidad y la transparencia de los dos primeros trabajadores hablan por sí mismas. Veían como algo normal haber hecho lo que hicieron, y según el pensar de cada quien, habían conseguido, cada uno a su manera, sus objetivos. Son respuestas positivas, objetivas, claras y concretas, sin miedos, en espera de compensación por haber obtenido méritos apropiados.

- "Señor, sé que eres un hombre duro... tuve miedo, fui y escondí tu talento bajo tierra; aquí tienes lo que es tuyo": este trabajador quiere explicar, aunque excusarse es lo que más corresponde. La lógica de su respuesta parte de una manera de ver la persona y acciones de este señor muy personal y subjetiva, de la que lo demás es una consecuencia. Denota una actitud cobarde y poco madura respecto a lo que podría esperarse de él. El miedo aparece como centro de su explicación, mostrando así una fuerte inseguridad en sí mismo, que hermetiza su pensar y atasca su actuar, limitándose a cubrirse las espaldas lo mejor posible. Al devolver el talento recibido, espera haber cumplido y quedado bien con su señor, pensando quizá que no haberlo perdido sería suficiente para salvar el momento y su futuro, siendo la excusa su mejor tarjeta de presentación.

- "Bien, siervo bueno y fiel...": el reconocimiento de los méritos no se hace esperar. Cada palabra aquí tiene su peso específico. Al decir "bien", se entiende que las expectativas han quedado satisfechas y el encargo cumplido. Pero después, al decir "bueno", aumenta la valoración personal, acercándolo al pensar y sentir de este señor que pide cuentas de lo suyo. No es indiferente este hecho: pasar del cumplimiento al reconocimiento moral por lo que el significado del esfuerzo y la calidad de persona que en él se demuestra. Y no solo, añade la palabra "fiel", es decir, digno de confianza y de trato especial, que lo convierte en merecedor, no solo de premio, sino también de predilección por parte de su señor. Sin duda, estos dos primeros trabajadores claro que esperaban una compensación, pero no una calificación personal y mucho menos un premio de mayor calidad.

- "Siervo malo y negligente... quítenle el talento... y al siervo inútil, échenle...": tres momentos en la respuesta a este siervo que responden a los tres momentos del intento de explicación-excusa previos. "Malo y negligente" refleja un desacuerdo tanto a las decisiones como a las acciones tomadas por este personaje, e incluso un rechazo y alejamiento personal, dando a entender un defraudamiento a la confianza brindada. "Malo" por la manera de ver a su señor (actitud personal) y "negligente" por la forma de proceder poco inteligente y por la falta de gratitud y correspondencia, que daña aún más la relación entre ambos y evidencia su ruptura. "Quitadle el talento" es la respuesta inmediata como castigo a la desacertada acción por culpa del miedo o la inseguridad personal. "Echadle" es la consecuencia lógica a esta persona que no supo aprovechar lo que se le dio. Más bien, las cortas miras personales y las incertidumbres terminaron por destruir incluso aquellas garantías con las que gozaba y creía tener seguras.

3) Dos consideraciones:

El argumento, las acciones y el desenlace por todos conocido de este pasaje, con sus respectivas lecciones, de índole espiritual y moral, son impresionantes y se espera que no seamos indiferentes a ello. Evaluar nuestra vida con la de estos siervos es necesaria, pero quizá somos más perezosos y lentos. Propongo aquí dos líneas de acción que nos ubiquen y ayuden a emplear todo lo que somos y tenemos, en orden a una sana y merecida calidad de vida personal.

- Conciencia de mis capacidades personales y de la cantidad de "talentos" o cualidades innatas o adquiridas: esta es una de las claves de lectura que entre líneas este pasaje quiere dejarnos. No es indiferente que cada uno reciba los talentos que recibió, ni tampoco superfluo que el asalariado creía y esperaba mucho de cada uno de ellos. Existe un conocimiento de causa a la hora de escoger las personas (pues quizá hubiera más trabajadores además de estos), y por las expectativas generadas en cada uno de ellos. Hay una confianza depositada, que concede a cada uno cierto reconocimiento por lo que es y por lo que se espera de ellos.

- El uso de mi propia libertad individual en orden a vivir con madurez y coherencia mi existencia: otra clave de lectura está en la respuesta y en los detalles de cada una de las acciones y respuestas. Una cosa es lo que se espera de cada uno y otra lo que cada uno es capaz de demostrar. Y claro está, la diferencia la marcan los detalles. Cada quien hizo lo que quiso, pues tuvo el tiempo y la oportunidad. Hubo quien priorizó, trabajó adecuadamente y cumplió, y hubo quien lo hizo de distinta manera. Los resultados demuestran esos detalles, No se juzgan las personas sino los hechos, y éstos demuestran aspectos personales a tener en cuenta, simple y sencillamente.

Seamos realistas y consecuentes con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Nuestra respuesta meritoria aquí es decisiva de cara a la eternidad en nuestro camino hacia allá. Valora quién eres y cuanto tienes, trabaja y aprovecha tus cualidades. Sé coherente y maduro en lo que quieres hacer con todo este arsenal personal. Que este pasaje sobre los talentos sea una referencia personal de vida, te haga valorar más lo que está en juego cada día aquí y de cara al más allá, y te brinde luz y fuerza para darle garbo a tu existencia, que bien vale la pena y la vida.

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