El consejo más valioso y práctico
que comienza en el noviazgo, se formaliza en la boda
y necesita perdurar en el matrimonio (I)
A lo largo de la última década he sido protagonista, según la ocasión y las circunstancias de vida personales, en la preparación y acompañamiento de parejas para el matrimonio. De la misma manera -cosa que sigo haciendo junto con la anterior-, atiendo, oriento y doy seguimiento y "capacitación" a parejas de novios y esposos, sea presencial o virtualmente. Incluso otras muchas personas que he ido conociendo, casadas o no, al pedirme determinados consejos o ayuda en sus diferentes procesos, me han repetido una pregunta, que es el tema de esta reflexión: "Si tuviera que darme un consejo importante, valioso y práctico a la vez, ¿cuál sería?"
Acogiendo el reto, replico aquí la respuesta que más he dado y tratado, no solo a quienes me lo preguntaron, sino a la mayoría de personas que he atendido. Este consejo consta de una palabra, no muy larga ni excesivamente corta (nueve letras), que en la vida en general -y en este tema en particular- cobra un lugar privilegiado y fundamental. Tiene su origen en el noviazgo, se formaliza el día de la boda a través de los compromisos adquiridos y necesita perdurar en el matrimonio. Estamos hablando de la CONFIANZA.
Acogiendo el reto, replico aquí la respuesta que más he dado y tratado, no solo a quienes me lo preguntaron, sino a la mayoría de personas que he atendido. Este consejo consta de una palabra, no muy larga ni excesivamente corta (nueve letras), que en la vida en general -y en este tema en particular- cobra un lugar privilegiado y fundamental. Tiene su origen en el noviazgo, se formaliza el día de la boda a través de los compromisos adquiridos y necesita perdurar en el matrimonio. Estamos hablando de la CONFIANZA.
Hay quien piensa que
el amor es lo único y más importante del matrimonio feliz. Estoy de acuerdo, aunque también es verdad que el amor es todo y nada a la vez, puesto que requiere gran dosis de hechos que así lo justifiquen y demuestren. Dicho de otra forma: si el amor es la base del pastel, está claro que a esa base le siguen ingredientes que le den forma, sabor, color y "toque" original, y así lo hagan único y diferente de otros pasteles. El amor necesita ingredientes que logren en esa pareja, en esa futura familia, consistencia, fuerza, unión y realización. La confianza es, sin duda alguna, el mayor revulsivo y acicate para que el motor del amor no deje de funcionar.
¿Por qué digo esto? Tomamos como punto de partida que el amor es en sí mismo una decisión, una actitud de encuentro y respuesta continua mutua. Quiere decir que los dos se convierten en protagonistas el uno para el otro de una historia personal y compartida, que con la llegada de los hijos se torna en historia común. Las decisiones cotidianas expresan la capacidad personal de amar y la actitud de respuesta que ambos se otorgan. Esta actitud y esta respuesta necesitan una motivación
y una seguridad. A esta motivación y seguridad llamamos confianza.
Al aconsejar sobre la confianza a personas y parejas, intento explicar las entrañas de esta virtud tan humana. ¿Cómo hacer entender a una pareja, según tiempos y circunstancias, sobre esto? Lo resumo así: la confianza es el
sello de autenticidad y la garantía de seguridad que une dos caminos personales en una misma dirección, alimenta día a
día la necesidad de caminar juntos hasta el final, e impulsa los esfuerzos personales y conjuntos hacia la felicidad y realización plena.
Es una frase que trata de sintetizar esta virtud aplicada a la relación en pareja y vida conyugal y familiar. Para facilitar la comprensión y la reflexión, dividí en cinco aspectos el comentario de esta frase. Siendo así que he preferido hacer dos partes. En esta primera parte comento los tres primeros aspectos (sello de autenticidad, garantía de seguridad y la unión de dos caminos en la misma dirección). En la segunda parte trataré los dos restantes (la necesidad de caminar juntos hasta el final y el impulso hacia la felicidad y realización plena).
1. La confianza, sello de autenticidad:
La imagen ayuda mucho, porque un sello tiene que ver con una marca que le da importancia y singularidad a algo; es decir, le da un valor especial. En una relación y vida juntos, saberse admirado, comprendido, querido y amado con hechos, hace auténtica esa unión. Confiarse la vida y mantenerla así es de héroes. De hecho, la confianza es una de las pocas ideas claras que sustentan una relación desde el comienzo de la misma. Tiene mucho que ver ese primer "click" con esa atracción, dando motivos y razones para hacer algo juntos. De ese primer momento, con el paso del tiempo, estas motivaciones han ido acompañando a la pareja en su maduración personal, aceptación mutua y acompañamiento hasta el final. Las grandes decisiones llevan tiempo, el tiempo necesita razones, las razones requieren motivaciones, y la confianza es la mejor motivación para incentivar y sellar con autenticidad todo cuanto les une.
Una pareja que trata de vivir con autenticidad su relación, que se confían mutuamente sus vidas, va de la mano con el valor que se dan a sí mismos. Por el contrario, acostumbrarse a verse todos los días por fuera sin percatarse de lo que son y llevan por dentro, es ponerle cronómetro a la relación, porque se anquilosarán, y la fuerza de su amor se limitará poco a poco al funcionamiento externo. Lo veremos más adelante, pero qué importante es valorarse, es decir, verse por dentro cada día.
¿Qué es esto de verse por dentro? El gran reto de una relación consiste en conocer, no solo saber, con quién es de verdad la persona con la que quiero compartir o comparto mi vida, para obrar en consecuencia y responder de la misma forma. La mirada es la mejor de las acciones humanas que una persona tiene a disposición para manifestar lo que es, siente, quiere, etc. Si los ojos son las ventanas del alma, la mirada nos permite mostrar gran parte de nuestro interior. Es el mejor ejercicio que podemos hacer y el mejor termómetro interior que tenemos. El amor no es que salte simplemente a la vista, sino que se muestra y demuestra. Por la mirada podemos entender lo que muchas veces por la boca no es tan fácil expresar. Por eso, la confianza es, por así decir, la llave que abre nuestras almas, nuestro interior, expresando así el valor que tenemos y el verdadero valor de la otra persona para mí.
La imagen ayuda mucho, porque un sello tiene que ver con una marca que le da importancia y singularidad a algo; es decir, le da un valor especial. En una relación y vida juntos, saberse admirado, comprendido, querido y amado con hechos, hace auténtica esa unión. Confiarse la vida y mantenerla así es de héroes. De hecho, la confianza es una de las pocas ideas claras que sustentan una relación desde el comienzo de la misma. Tiene mucho que ver ese primer "click" con esa atracción, dando motivos y razones para hacer algo juntos. De ese primer momento, con el paso del tiempo, estas motivaciones han ido acompañando a la pareja en su maduración personal, aceptación mutua y acompañamiento hasta el final. Las grandes decisiones llevan tiempo, el tiempo necesita razones, las razones requieren motivaciones, y la confianza es la mejor motivación para incentivar y sellar con autenticidad todo cuanto les une.
Una pareja que trata de vivir con autenticidad su relación, que se confían mutuamente sus vidas, va de la mano con el valor que se dan a sí mismos. Por el contrario, acostumbrarse a verse todos los días por fuera sin percatarse de lo que son y llevan por dentro, es ponerle cronómetro a la relación, porque se anquilosarán, y la fuerza de su amor se limitará poco a poco al funcionamiento externo. Lo veremos más adelante, pero qué importante es valorarse, es decir, verse por dentro cada día.
¿Qué es esto de verse por dentro? El gran reto de una relación consiste en conocer, no solo saber, con quién es de verdad la persona con la que quiero compartir o comparto mi vida, para obrar en consecuencia y responder de la misma forma. La mirada es la mejor de las acciones humanas que una persona tiene a disposición para manifestar lo que es, siente, quiere, etc. Si los ojos son las ventanas del alma, la mirada nos permite mostrar gran parte de nuestro interior. Es el mejor ejercicio que podemos hacer y el mejor termómetro interior que tenemos. El amor no es que salte simplemente a la vista, sino que se muestra y demuestra. Por la mirada podemos entender lo que muchas veces por la boca no es tan fácil expresar. Por eso, la confianza es, por así decir, la llave que abre nuestras almas, nuestro interior, expresando así el valor que tenemos y el verdadero valor de la otra persona para mí.
2. La confianza, garantía de seguridad:
Si el sello marca la singularidad de algo, la garantía ofrece continuidad a lo que se tiene. Y si esa continuidad está asegurada, mucho mejor. ¿Por qué la confianza es una garantía?, ¿Qué seguridades brinda? Entre otras cosas, la confianza es garantía porque ilumina la razón, la inteligencia de ambos para verse como son. También es artífice de sentimientos y emociones constructivas, dando pie a la toma de mejores decisiones. Además, traduce en detalles y gestos concretos la relación entre ambos y alimenta la ilusión y decisión a seguir caminando juntos. Lo que hace segura una vida en pareja no es la cantidad de decisiones tomadas, sino la calidad de la confianza que origina la tomas de esas decisiones.
¿Cómo saber si la calidad de nuestras decisiones es la adecuada? Fíjate en los detalles que se demuestran entre ambos. Si en un contrato cualquiera, la atención no se pone en tanto en los acuerdos sino en las cláusulas o la famosa "letra pequeña". Parece poco importante pero en realidad resulta la que más hay que revisar y cumplir. La vida en pareja y familiar tiene una parte "contractual", de acuerdos y asunción de roles y responsabilidades, es cierto. Al aspecto formal del compromiso se le agrega el aspecto unificador del mismo. Esa "letra pequeña" la constituyen los detalles, pequeños y no tanto, que agrandan las promesas asumidas y vigorizan las intenciones y esfuerzos mutuos. Una pareja que va dejando de tenerse detalles pierde su esencia y se deja llevar por la "letra grande", las promesas, que suenan más a vacías que a bonitas.
Y sí, los detalles de cariño, de interés, de gustos, de recuerdos del pasado personal o mutuo, etc, renuevan desde dentro la póliza que ambos firmaron, y entonces se convierte en verdadero seguro de vida. En este sentido necesitamos ver la virtud de la confianza, como garante de la integridad de nuestro contrato de vida en pareja y familiar. Y confiando, viviremos más seguros, porque no dejamos de vernos como somos, sino que nos importamos mutuamente. Así la vida se llena más, se alegra más y por tanto, la vida juntos dura cada vez más.
Si el sello marca la singularidad de algo, la garantía ofrece continuidad a lo que se tiene. Y si esa continuidad está asegurada, mucho mejor. ¿Por qué la confianza es una garantía?, ¿Qué seguridades brinda? Entre otras cosas, la confianza es garantía porque ilumina la razón, la inteligencia de ambos para verse como son. También es artífice de sentimientos y emociones constructivas, dando pie a la toma de mejores decisiones. Además, traduce en detalles y gestos concretos la relación entre ambos y alimenta la ilusión y decisión a seguir caminando juntos. Lo que hace segura una vida en pareja no es la cantidad de decisiones tomadas, sino la calidad de la confianza que origina la tomas de esas decisiones.
¿Cómo saber si la calidad de nuestras decisiones es la adecuada? Fíjate en los detalles que se demuestran entre ambos. Si en un contrato cualquiera, la atención no se pone en tanto en los acuerdos sino en las cláusulas o la famosa "letra pequeña". Parece poco importante pero en realidad resulta la que más hay que revisar y cumplir. La vida en pareja y familiar tiene una parte "contractual", de acuerdos y asunción de roles y responsabilidades, es cierto. Al aspecto formal del compromiso se le agrega el aspecto unificador del mismo. Esa "letra pequeña" la constituyen los detalles, pequeños y no tanto, que agrandan las promesas asumidas y vigorizan las intenciones y esfuerzos mutuos. Una pareja que va dejando de tenerse detalles pierde su esencia y se deja llevar por la "letra grande", las promesas, que suenan más a vacías que a bonitas.
Y sí, los detalles de cariño, de interés, de gustos, de recuerdos del pasado personal o mutuo, etc, renuevan desde dentro la póliza que ambos firmaron, y entonces se convierte en verdadero seguro de vida. En este sentido necesitamos ver la virtud de la confianza, como garante de la integridad de nuestro contrato de vida en pareja y familiar. Y confiando, viviremos más seguros, porque no dejamos de vernos como somos, sino que nos importamos mutuamente. Así la vida se llena más, se alegra más y por tanto, la vida juntos dura cada vez más.
3. La confianza une dos caminos en una misma dirección:
Algo que vale la pena y se mantiene seguro es objeto de interés, porque es apetecible, se quiere imitar o replicar. La vida en pareja, desde los inicios del noviazgo, busca acercar las personas, de tal forma que con el tiempo, ese valor que tiene la otra persona para mí y yo para la otra persona se formalice. La confianza recíproca abre la opción a una vida juntos, precisamente porque esa decisión formaliza el camino que quieren seguir en adelante. Así como cada persona es un mundo que persigue un fin propio, La maravilla está en que dos mundos unen sus fines en la misma dirección. Siguen siendo dos personas diferentes. El cambio radica en buscar juntos fines que los distingan como tales, sin dañar la subjetividad de cada uno.
¿Para qué unir vidas sin confianza? Hasta en los negocios se necesita. Aprovecho para comentar la diferencia entre unir y sumar en un noviazgo -y especialmente en un matrimonio-. El éxito en las relaciones humanas requiere de al menos cierto grado de confianza. La búsqueda de fines y objetivos comunes agrupa sociedades de personas que trabajan por conseguirlos. En este sentido, estas sociedades suman los potenciales individuales para alcanzar sus metas. En la vida de pareja, ya en el matrimonio, la mera suma de esfuerzos muchas veces no es suficiente. El cumplimiento de roles y responsabilidades, siendo ciertamente vitales, no logran hacer felices a quienes los realizan. ¿Qué pasa entonces?
Sucede que la suma de actividades no satisface porque seguramente esa suma está "desalmada", es decir, vacía. Nos acostumbramos a cumplir y sacar adelante "pendientes familiares", y se debe a la tendencia a acomodarse o acostumbrarse a un ritmo de vida. Robotizamos el día a día sin querer o consentimos que la rutina aminore la intensidad de nuestras motivaciones para conformarnos a que "las cosas marchen bien". Es como si desactiváramos nuestros sistemas principales vitales para dar paso al "piloto automático". Este es uno de los peores cánceres de la vida en pareja, que rebaja las aspiraciones personales y mutuas, narcotiza la inteligencia y rebaja las revoluciones del corazón, trabajando a ritmo de mínimos la relación. A esto le llamo "desalmar" la relación, porque importa más sumar, hacer y cumplir, creyendo que así se está bien. Es una sutil falsedad. No es suficiente creer amar y estar bien cuando solo se cumplen actividades, del tipo que sean. Indica más bien un apagón interior.
La confianza está llamada a salvaguardar, no el cumplimiento de las actividades -propias, conjuntas y familiares-, sino las motivaciones y aspiraciones que hacen especial y única la unión de las personas. Es tan fácil inclinarse al egoísmo y superficialidad que puede pasar el tiempo sin darse cuenta del hueco generado por arrutinarse y acomodarse a un estilo de vida cómodo. ¿Por qué? Por consentir y permitir un plan de vida personal ajeno o diferente a lo decidido juntos desde un inicio. En estos casos, la confianza se confunde con tolerancia, aguante, lucha personal, los hijos, etc. Pero van alejando sus mentes y corazones, porque se limitaron a sumar, y terminaron retrocediendo en su unión. Confiar es oxigenar la propia vida de la rutina, la comodidad superflua, el caprichismo en el uso del tiempo y de la irresponsabilidad personal en rendir los propios talentos y cualidades. Todos estos son parásitos vitales que se cuelan por nuestra sensibilidad y se acomodan en nuestra mente. La vida en pareja y familiar necesita de la confianza, incluso para evitar descalabros afectivos, infidelidades, reciclando el amor que les une y reciclando los esfuerzos. Esto es unir, no solo sumar.
Estos primeros tres aspectos tienen como objetivo dimensionar la virtud de la confianza como elemento interno de valoración personal y común. Pienso y experimento que las personas tenemos una gran riqueza interior que explotamos poco, que valoramos poco y que por tanto, practicamos poco. Mi intención es ayudar a cada uno en personal y en un segundo momento en pareja, a descubrir lo que son y llevan dentro. Estos primeros tres aspectos tienen esa finalidad, verse mejor como son, ayudados por la luz de la virtud de la confianza.Les aseguro que vale la pena y que podrán verse mejor en el espejo personal, porque se conocerán mejor y valorarán mejor sus acciones.
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