- Dignidad:[3] es la huella de Dios en nuestro ser. El sello de identidad que nos diferencia de los demás seres vivos y nos distingue de una persona a otra.[4] Dios nos posibilita hacernos merecedores de ser como Él (sujeto de derechos).
- Libertad:[5] es el poder recibido por Dios, radicado en la razón y en la voluntad, para disponer y actuar por sí mismo deliberadamente. Permite madurar y crecer en la verdad y la bondad, y ordenada a Dios, alcanza su plenitud.[6]
- Responsabilidad:[7] es la relación que existe entre el actuar humano concreto y la persona humana que lo ha realizado. Es la consecuencia del ejercicio práctico y consciente de nuestra libertad, que implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal.
- Entendimiento: para penetrar la verdad, que es superior a nuestra capacidad natural. Cuando uno se da cuenta de que "ha sido iluminado por Dios" para entender profundamente algo que hasta ese momento había sido inútil.
- Sabiduría: para juzgar rectamente de las cosas divinas, sentir las cosas divinas, como connaturales a nosotros.
- Ciencia: permite juzgar rectamente de las cosas creadas para el servicio humano y para gloria de Dios. De tal manera que las criaturas no nos aparten del creador, sino que nos eleven al creador.
- Consejo: la capacidad connatural de discernimiento, para ver con claridad lo que Dios quiere en la propia vida y de aconsejar al prójimo para ver la conducta práctica, el camino que Dios quiere.
- Piedad: aquel que, en orden a Dios, a los padres, a la patria, nos da una "unción” para ordenar nuestra vida en servicio, en reconocimiento de la bondad de Dios, o en agradecimiento a los padres o a todos aquellos que nos han hecho un bien.
- Fortaleza: que incide en la voluntad para hacer frente a los peligros. A veces hemos oído: "No sé de dónde he sacado las fuerzas para hacer frente a determinada situación". “Yo te daré las fuerzas llegado el momento" en el caso de los mártires, que han vivido el don de la fortaleza en grado supremo.
- Temor de Dios: Actúa contra el desorden de nuestra concupiscencia; nos hace "temer" el apartarnos de Dios.
[1] RAE, definición de Don: dádiva, presente o regalo. Bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano, respecto a Dios, de quien lo recibe. Tomado de: https://www.rae.es/drae2001/don
[2] CIC, 1742: (…) Por el trabajo de la gracia, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo.
[3] CIC, 1711: Dotada de alma espiritual, de entendimiento y de voluntad, la persona humana está desde su concepción ordenada a Dios y destinada a la bienaventuranza eterna. Camina hacia su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien. (cfr. GS 15, 2).
[4] CIC, 1704: La persona humana participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido por el Creador. Por su voluntad es capaz de dirigirse por sí misma a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien (cfr. GS 15, 2).
[5] CIC, 1733 En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado (cfr. Rm 6, 17).
[6] CIC,1731
[7] CIC, 1734 La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que estos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos.
[8] CIC, 1830-1832. Dones y frutos del Espíritu Santo.
[9] RAE. Definición de Talento: Del lat. talentum 'moneda de cuenta', 'unidad de peso', y este del gr. τάλαντον tálanton. Referido a la inteligencia y aptitudes para desempeñarse en algo. Tomado de: https://dle.rae.es/talento.
[10] Cf. Mt 25, 14-30.
Comentarios