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Punto de partida Pastoral: Los Dones y Talentos recibidos


Una de las experiencias más evidentes y reveladoras de nuestra vida pasa por la necesidad de responder a las preguntas existenciales sobre ella (quién soy, para qué existo, qué hago aquí, hasta cuándo, etc.) El conocimiento personal forja la base de nuestra experiencia humana cotidiana; podemos llamarlo el núcleo de nuestro sentir, pensar y actuar. Por eso, entender el acompañamiento pastoral pasa por acoger el sentido real y profundo del mismo: ¿Por qué acompañar?, ¿a quién y qué acompañamos? Las respuestas a estas preguntas las encontramos en la experiencia concreta y cotidiana de los Dones y los Talentos recibidos. 

Los Dones.[1] Tienen que ver con la Gracia de Dios, por ser Él quien es, y por lo que -en su Amor y Misericordia hacia sus hijos- sabe que necesitamos para vivir con Él para llegar a Él. En este sentido, nos hacen capaces de vivir como corresponde a nuestra naturaleza y condición humana. ¿Cuáles son los Dones que Dios Padre, por medio de su Espíritu Santo, nos brinda al crearnos? 

Existenciales: son aquellos en los que participamos de la vida de Dios como personas humanas (hijos suyos, a su imagen y semejanza). Estos dones convierten a la persona en sujeto Moral en su actuar como hijo de Dios y hermano en Cristo.[2]
  • Dignidad:[3] es la huella de Dios en nuestro ser. El sello de identidad que nos diferencia de los demás seres vivos y nos distingue de una persona a otra.[4] Dios nos posibilita hacernos merecedores de ser como Él (sujeto de derechos).
  • Libertad:[5] es el poder recibido por Dios, radicado en la razón y en la voluntad, para disponer y actuar por sí mismo deliberadamente. Permite madurar y crecer en la verdad y la bondad, y ordenada a Dios, alcanza su plenitud.[6]
  • Responsabilidad:[7] es la relación que existe entre el actuar humano concreto y la persona humana que lo ha realizado. Es la consecuencia del ejercicio práctico y consciente de nuestra libertad, que implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal.
Espirituales: son aquellos en los que participamos de la vida de Cristo al modo divino. Es la asistencia directa de Dios en el pensar y obrar (hábitos sobrenaturales infundidos en el alma) que nos disponen a seguir lo que Él quiere para nosotros, fortalecer nuestro espíritu y completar la labor de las virtudes en nuestra vida en orden a nuestra felicidad y vida eterna. Son los 7 Dones del Espíritu Santo. Los resumimos brevemente:[8]

En la razón actúan:
  • Entendimiento: para penetrar la verdad, que es superior a nuestra capacidad natural. Cuando uno se da cuenta de que "ha sido iluminado por Dios" para entender profundamente algo que hasta ese momento había sido inútil.
  • Sabiduría: para juzgar rectamente de las cosas divinas, sentir las cosas divinas, como connaturales a nosotros.
  • Ciencia: permite juzgar rectamente de las cosas creadas para el servicio humano y para gloria de Dios. De tal manera que las criaturas no nos aparten del creador, sino que nos eleven al creador.
  • Consejo: la capacidad connatural de discernimiento, para ver con claridad lo que Dios quiere en la propia vida y de aconsejar al prójimo para ver la conducta práctica, el camino que Dios quiere.
En la voluntad actúan, sobre los apetitos interiores (irascible y concupiscible):
  • Piedad: aquel que, en orden a Dios, a los padres, a la patria, nos da una "unción” para ordenar nuestra vida en servicio, en reconocimiento de la bondad de Dios, o en agradecimiento a los padres o a todos aquellos que nos han hecho un bien.
  • Fortaleza: que incide en la voluntad para hacer frente a los peligros. A veces hemos oído: "No sé de dónde he sacado las fuerzas para hacer frente a determinada situación". “Yo te daré las fuerzas llegado el momento" en el caso de los mártires, que han vivido el don de la fortaleza en grado supremo.
  • Temor de Dios: Actúa contra el desorden de nuestra concupiscencia; nos hace "temer" el apartarnos de Dios. 
Los Talentos.[9] Engloban al conjunto de cualidades, capacidades, habilidades y competencias humanas con las que contamos (innatas y/o adquiridas). Están vinculados intrínsecamente con los Dones y estrechamente conectados con las virtudes, que potencian el alcance de estos. A diferencia de los Dones, donde Dios es el dueño y responsable de los mismos, en los Talentos Dios nos cede la “co-propiedad” de los mismos para que los administremos según sus Dones. 

En el evangelio, Jesús es muy explícito al hablar de los talentos:[10] “a cada cual según su capacidad”. Indica la individualidad de los talentos derivada de las capacidades personales recibidas. Dios nos los da para usarlos según nuestra forma particular, y en ponerlos en práctica está el “trabajo” de nuestra vida. Por otra parte, al final del texto Jesús nos recuerda: “Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará” indicando el resultado final del valor de la vida humana ante el encuentro personal con Cristo, que nos preguntará sobre cómo hemos usado los talentos que hemos recibido.

[1] RAE, definición de Don: dádiva, presente o regalo. Bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano, respecto a Dios, de quien lo recibe. Tomado de: https://www.rae.es/drae2001/don

[2] CIC, 1742: (…) Por el trabajo de la gracia, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo. 

[3] CIC, 1711: Dotada de alma espiritual, de entendimiento y de voluntad, la persona humana está desde su concepción ordenada a Dios y destinada a la bienaventuranza eterna. Camina hacia su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien. (cfr. GS 15, 2). 

[4] CIC, 1704: La persona humana participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido por el Creador. Por su voluntad es capaz de dirigirse por sí misma a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien (cfr. GS 15, 2).

[5] CIC, 1733 En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado (cfr. Rm 6, 17).

[6] CIC,1731

[7] CIC, 1734 La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que estos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos.

[8] CIC, 1830-1832. Dones y frutos del Espíritu Santo.

[9] RAE. Definición de Talento: Del lat. talentum 'moneda de cuenta', 'unidad de peso', y este del gr. τάλαντον tálanton. Referido a la inteligencia y aptitudes para desempeñarse en algo. Tomado de: https://dle.rae.es/talento.

[10] Cf. Mt 25, 14-30.

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