UN ÁNGEL SIN ALAS, ENVIADO POR DIOS, PARA ENSEÑARNOS A VIVIR Y VALORAR LA VIDA DE UNA MANERA DIFERENTE
Hace 4 años tuve la oportunidad de presenciar, vivir y experimentar un evento triste pero maravilloso. Un alumno del colegio donde estaba realizando mi misión y trabajo fallece de cáncer tras un período de batalla luchando por vivir pero también dándonos un increíble ejemplo para cuantos pudimos conocerlo y acompañarlo.
Un alumno de 8 años hecho todo un maestro de vida |
Creo que revivir esos momentos me hace valorar aún más la vida que tenemos y que en cualquier instante puede cambiar. Para Sebastián cambió cuando jugaba en el recreo de su escuela, se cayó, le dolió la rodilla, pero siguió jugando. A los pocos días, el dolor incrementó hasta que se supo que era cáncer. Hubo que amputarle poco más tarde de la pierna afectada de la rodilla para abajo... Y así fue sufriendo su calvario personal hasta que su cuerpo no pudo más. Un niño de 8 años nos enseñó a vivir la enfermedad como oportunidad para aprender, para crecer, para vivir mejor y para acompañar a quienes se dolían por lo que veían en él.
Su funeral ha sido, en mi experiencia personal, el más multitudinario que he presenciado. Recuerdo que fue en el García López del Pedregal. Los dos pisos del inmueble estaban llenos de personas. No había mucho espacio para poder pasar. Amigos, conocidos y algunos desconocidos también, como sus familiares y amigos más cercanos, no quisieron perderse el último adiós a Sebastián. Por eso, anexo aquí algunos párrafos que precisamente hace cuatro años escribía como testimonio personal acerca de este proceso que me tocó vivir muy cerca de Sebastián, de su familia y de muchos de sus compañeros y amigos. Se trata de una especia de carta-circular que sentí un deber escribir y enviar para cuantos habían conocido o presenciado este episodio.
--------------------
Les mando un saludo y aprovecho para pedirles sus oraciones por el descanso de Sebastián Roch Nava, alumno del CEYCA primaria, que ayer domingo se despidió de nosotros para regresar a la casa de Dios. Créanme que hemos sido unos privilegiados quienes le hemos conocido y estado al lado, comenzando por su familia. En pocas palabras puedo resumir que Sebastián se fue con apenas ocho años de vida, como UN ÁNGEL SIN ALAS ENVIADO POR DIOS PARA ENSEÑARNOS A VIVIR Y A VALORAR LA VIDA DE UNA MANERA DIFERENTE.
Aunque ya lo mencioné en otras comunicaciones, les anoto aquí lo que él mismo me dijo hace pocos días, cuando fui al hospital. Le pregunté cómo estaba, y él me respondió: "no te preocupes por mi, porque yo estoy con Diosito (...) preocúpate por ellos (sus papás y demás personas) porque ellos lo necesitan más que yo". Noté en ese momento cómo Dios mismo, a través de Sebastián, me estaba diciendo toda una verdad: que él ya estaba listo para emprender el último tramo de vida hacia la casa de Dios, y que ahora nosotros hemos de preocuparnos por el regalo que día a día Dios nos da a través de nuestra propia existencia.
Gracias, Sebas, porque has sido y eres un ángel que Dios nos mandó para que aprendiéramos a través de ti lo que significa amar y llevar adelante la vida, con el peso del dolor y la enfermedad a cuestas. No fue suficiente quedarte sin una pierna sino que entregaste tu propia vida para bien de tantas personas. Nos recuerdas a Aquél que un día también dio la suya por todos en una cruz. ¡¡¡Qué testimonio y ejemplo nos has dado!!!
Descansa en paz, y síguenos mandando regalos de parte de Dios a todos nosotros.
Foto exhibida durante su funeral de su Primera Comunión meses antes de su fallecimiento |
Comentarios